“Mientras unos dicen yo soy de Pablo, y otro dicen yo soy de Apolo ¿qué son ustedes sino hombre como todos?. Díganme ¿qué es Apolo? ¿Qué es Pablo?. Son servidores por medio de los cuales ustedes llegaron a la fe, y cada uno obra según Dios se lo concedió”
(1Cor. 3,4-5)
Uno de los frutos más grandes de la conversión de San Pablo fue sentirse un verdadero servidor de Cristo. Con decidida entrega y profunda humildad. Pablo encontraba la razón de su apostolado en predicar a Cristo y evangelizar al mayor número de hombres, ganándolos al Señor. Los discípulos de Cristo vamos a encontrar la alegría de evangelizar si nos revestimos de la humildad de San Pablo, que se consideraba el último de los apóstoles, a pesar de ser el líder de la evangelización.
La humildad es condición necesaria para servir. El que quiera servir sin humildad se predispone a esperar éxitos personales. Después viene el fracaso. Servir con humildad es ir madurando la vocación cristiana en medio de las persecuciones y conflictos. Servir con humildad aleja de nosotros el egoísmo, la comodidad y la superficialidad. Servir con humildad es perseverar en los compromisos cristianos asumiendo la cruz.
Es tan necesaria la humildad en el servicio que abre el corazón a todo hombre sin medir condición social o debilidad humana, no tiene en cuenta el mal recibido, sino que se goza en la verdad. Servir es amar.
Si poneos nuestra vocación cristiana en darse al servicio humilde solo habrá tiempo para Dios, para su Iglesia y para cada hombre que clama ayuda, esperanza y paz.
Celebremos las Bodas de Plata de nuestra Comunidad Palestrista renovando el espíritu de servicio. Quien vive para servir, sirve para vivir. Aprende a vivir de verdad. No sirvamos a los ídolos de la comunidad, el prejuicio, el desinterés, la deshonestidad, la frialdad, la murmuración, el pesimismo.
Sirvamos como Pablo, heroicos en la humildad hasta dar la vida si es necesario. Sirvamos al Señor que se manifiesta en nuestra pequeña comunidad, sirvamos al pobre, al joven descarnado, al hermano alejado, para que todos lleguen a la fe.
No hay tiempo que perder en conflictos y divisiones “Yo soy de Pablo… yo soy de Apolo…” ¡Somos de Cristo! Y la evangelización es urgente.
San pablo sea nuestro ejemplo de servicio y humildad.
Mi bendición Padre Joselo - Asesor Espiritual Secretariado de Jujuy.