Hay cosas en Palestra que solo unos pocos saben, y muchos otros escucharon los relatos o las vivencias o las anécdotas de viajes, de reuniones, de debates, de maneras de ver y hacer las cosas. Todo eso y mucho más es trabajar para realizar una Convocatoria Nacional en Palestra.
Partiendo que no somos un Movimiento con grandes recursos y medios, solo contamos con nuestra voluntad, nuestras personas y una alta dosis de confianza en la presencia de Dios.
Desde hace un tiempo se viene gestando el Encuentro Nacional de Dirigentes (EnNaDi), el Secretariado Nacional delegó ese trabajo en una Comisión que es la encargada de todo lo concerniente al Encuentro y su dirigencia. Pero también hay muchos otros, que silenciosamente trabajan con un esfuerzo impresionante para vencer las mil y un dificultades que se presentan, por ejemplo, los anfitriones, que tiene su propia Comisión y sus encargados en los distintos aspectos que tiene un EnNaDi, Retaguardia, comunicación, cocina, liturgia, eventos, economía. Son ellos los que nos van a recibir y para eso se están preparando y trabajando de manera organizada.
Pero también hay otros que trabajan en los distintos Secretariados y comunidades, en lugares como Catamarca, Santa maría, Tucumán, Lules, Jujuy, Ledesma, Rosario de la Frontera, Campo Quijano, Salta, La Rioja, Villa Mercedes en San Luis y tantos otros lugares, desde donde ya estamos haciendo Encuentro.
Al frente de ellos, también hay otros dirigentes que deben hacer sus reuniones previas, ver su propia organización, hacer los trabajos preparatorios del Encuentro, reunir dinero para el viaje y tantos detalles.
En todos lados, es tiempo de trabajo fecundo, y que no solo es para los pocos días del Encuentro, sino que el trabajo previo es toda una palestra, un estadio donde se entrenan y foguean nuestros dirigentes, en el esfuerzo compartido, en el trabajo en equipo, en poner en común ideas y talentos, dones y voluntades, en afrontar dificultades y vencer los obstáculos de todo tipo.
A todos ellos, los palanqueamos desde la oración, la vida sacramental, el cariño y el agradecimiento por donarnos sus tiempos y ganas, por decir con este trabajo de nuevo, y con alegría palestrista; “PROTAGONISTA SOY…”.
Partiendo que no somos un Movimiento con grandes recursos y medios, solo contamos con nuestra voluntad, nuestras personas y una alta dosis de confianza en la presencia de Dios.
Desde hace un tiempo se viene gestando el Encuentro Nacional de Dirigentes (EnNaDi), el Secretariado Nacional delegó ese trabajo en una Comisión que es la encargada de todo lo concerniente al Encuentro y su dirigencia. Pero también hay muchos otros, que silenciosamente trabajan con un esfuerzo impresionante para vencer las mil y un dificultades que se presentan, por ejemplo, los anfitriones, que tiene su propia Comisión y sus encargados en los distintos aspectos que tiene un EnNaDi, Retaguardia, comunicación, cocina, liturgia, eventos, economía. Son ellos los que nos van a recibir y para eso se están preparando y trabajando de manera organizada.
Pero también hay otros que trabajan en los distintos Secretariados y comunidades, en lugares como Catamarca, Santa maría, Tucumán, Lules, Jujuy, Ledesma, Rosario de la Frontera, Campo Quijano, Salta, La Rioja, Villa Mercedes en San Luis y tantos otros lugares, desde donde ya estamos haciendo Encuentro.
Al frente de ellos, también hay otros dirigentes que deben hacer sus reuniones previas, ver su propia organización, hacer los trabajos preparatorios del Encuentro, reunir dinero para el viaje y tantos detalles.
En todos lados, es tiempo de trabajo fecundo, y que no solo es para los pocos días del Encuentro, sino que el trabajo previo es toda una palestra, un estadio donde se entrenan y foguean nuestros dirigentes, en el esfuerzo compartido, en el trabajo en equipo, en poner en común ideas y talentos, dones y voluntades, en afrontar dificultades y vencer los obstáculos de todo tipo.
A todos ellos, los palanqueamos desde la oración, la vida sacramental, el cariño y el agradecimiento por donarnos sus tiempos y ganas, por decir con este trabajo de nuevo, y con alegría palestrista; “PROTAGONISTA SOY…”.