14 feb 2010

CIAO HERMANO - Hay de mí, si no llevo el Evangelio a mis hermanos, pierdo la oportunidad de compartir la Vida.


En el sexto Encuentro Nacional de Dirigentes (EnNaDi), del Movimiento Católico Palestra, Monseñor Mario Cargnello, nos hizo recordar una palabra que utilizamos, no solo en el himno que nos identifica, sino cuando comenzamos o terminamos de escribir una palanca, un mensaje de texto, un correo electrónico. Esa palabra es “chau” ó “chao”. Que en nuestro lenguaje cotidiano significa una despedida, adiós.
El padre Mario, uso esa palabra para iluminar el comienzo del Encuentro y para animarnos a ser “esclavos” del prójimo, a ponernos a su servicio.
La etimología deriva de la palabra italiana; “CIAO”, que evolucionó fonéticamente de la palabra veneciana “SCIAVO”, que significaba; ESCLAVO.
En la edad media, se asociaba la palabra adiós y la palabra esclavo, era una frase del tipo; “quedo de Ud. esclavo”, y se usaba como despedida. Aunque no quiera decir, que quedaba sujeto a la esclavitud de nadie, al contrario, era una frase que quería significar que se ponía a disposición suya…
Otra interpretación; también con la misma raíz veneciana, se decía; “S-CIÀO VOSTRO” la cual se interpretaría como "siervo suyo", y por lo tanto la interpretación mas adecuada para este modismo seria "para servirle" pero es mayormente interpretada como "hasta luego", pero a pesar de su procedencia este saludo era utilizado sin distinción de clases sociales.
La palabra se difundió a través de la inmigración italiana y es una de las palabras de origen italiano mas usadas en todo el mundo a pesar de nacer como un modismo local como el Chao o Chau.
Monseñor Cargnello, nos hizo recordar y puso como ejemplo a Jesús, que a través de su vida se puso a disposición nuestra, a nuestro servicio, con sus actos se puso como “siervo nuestro”, y se “quedó como esclavo nuestro”.
Una actitud para tener en cuenta como dirigentes, como miembros de este Movimiento que en esos tres días del EnNaDi, con sus preparaciones previas, pretende asumir los desafíos del contenido del Documento de Aparecida, el cual reflexionamos en este tiempo, para asumir e integrar, de aquí en adelante, en nuestras programaciones, objetivos, lemas, estrategias de evangelización.
Debemos como dirigentes, como miembros de las Comunidades Palestristas, ponernos a disposición del otro, del alejado, del que no entiende, del que odia, del equivocado, del que busca y no sabe como ni qué.
El desafío será una vez más; ser esclavos del otro, en este mundo complejo que nos toca vivir, seremos “CIAOS” para muchos que necesitan actitudes de Buen Samaritano, ponernos en y a disposición del prójimo, del hermano.
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