No podía dejar pasar esta oportunidad para llegar a ustedes en estos momentos tan especiales que estamos viviendo.
Como discípulos y misioneros paulinos, junto a toda la iglesia, estamos viviendo la Navidad, el nuevo Nacimiento.
El misterio de la natividad de nuestro Señor Jesucristo tiene que ser para todos nosotros un grito autentico de fe, un constante llamado a la esperanza, y un impulso a hacer de mi vida una muestra cotidiana de caridad.
Todos nosotros fuimos testigos en diferentes momentos de nuestras vidas de un nuevo comenzar, de un renunciar para lanzarnos hacia una nueva meta, a un nuevo estilo de vida que nos permite vivir en este mundo un anticipo de la vida eterna, siempre y cuando estemos ligados al Padre celestial. Y justamente esto es lo que esta navidad nos quiere recordar.
Transitamos en este último mes del año, como un tiempo de preparación, de adviento, un tiempo donde interiormente el Señor nos estaba amoldando, como aquel artesano que preparaba su figura para una exposición. De esta misma manera, nuestros corazones sentían la necesidad de acomodar todo para que la venida del salvador sea trascendente y vital.
Queridos amigos, que esta navidad sea testigo de una renovación profunda y real de nuestros corazones. Que aquel ardor inicial, que nos quemo el pecho al descubrir como el Señor se apoderaba de nuestras vidas, sea cada vez mas intenso.
Aprovecho para saludar a todas sus familias y le pido a Dios que los bendiga, los proteja, los mantenga unidos y los llene de su caridad.
Y a todos ustedes, amigos Palestristas, vivan gocen y disfruten de una nueva navidad, no importa como lleguemos, siempre esta fiesta nos anima a comenzar de nuevo, a animarnos a alcanzar aquello que a veces parece imposible, a contemplar con mucha humildad y sencillez de corazón el rostro divino de nuestro salvador, que viene una vez mas por nosotros, que una vez mas tiene la iniciativa de encontrarnos para quedarse para siempre en el corazón de cada uno de nosotros y apoderarse de nuestro ser.
Les deseo a todos una feliz navidad y que el Señor los bendiga con abundantes frutos tanto personales, familiares y comunitarios.
Con la alegría de siempre me despido de todos, con mucho cariño.
Diego Varela Chavarria
Coordinador Nacional
MOVIMIENTO CATÓLICO PALESTRA ARGENTINA